Una necrópolis moderna

Un cementerio es un reflejo de una sociedad en un momento histórico preciso. Como un «doble» de la ciudad, ilustra una visión social y cultural del ser humano : su concepción de la muerte, sus creencias e ideales. Itala Fulvia Villa realiza el Sexto Panteón (también llamado Panteón Subterráneo) en un contexto próspero de post Guerras, donde la población porteña se triplicó entre 1920 y 1960, pasando de un millón a tres millones. Frente a la necesidad urgente de una gestión de los muertos, la arquitecta, en ruptura con las formas del pasado, propone reinventar el cementerio Moderno.

Construido entre 1950 y 1958, el Sexto Panteón es el primer ensayo mundial de arquitectura moderna aplicada a un ámbito funerario de tal dimensión.

Reinterpretación moderna de las catacumbas romanas, su arquitecta Itala Fulvia Villa (1913-1991) plantea una organización subterránea sobre dos niveles, profundamente racional, con el principio de realizar todas las estructuras bajo tierra a fin que la planta superior sea un jardín. Clorindo Testa (1923-2013), arquitecto colaborador del proyecto, diseña en un estilo brutalista los templetes de acceso que ofrecen una entrada mítica al «inframundo».

El Sexto Panteón es un mundo laberíntico de galerías iluminadas por patios, donde nichos funerarios idénticos se superponen al infinito. Una visión futurista donde las escaleras se ven como escaleras mecánicas y los ataúdes viajan por los ascensores.